¡Pues sí que estamos apañados! Nuestros flamantes ministros de Cultura y Educación, Ernest Urtasun y Pilar Alegría, han decidido que lo mejor para empezar sus mandatos era regalarnos una serie de meteduras de pata de esas que hacen historia. Y claro, uno no puede más que preguntarse: ¿en qué manos estamos?
Urtasun y su medio lustro
Empecemos por el señor Urtasun, que ha querido homenajear a Gloria Fuertes en el 25 aniversario de su fallecimiento. Pero, ¡oh sorpresa!, para él ha sido “medio lustro” sin la poeta. Que alguien le diga a este hombre que medio lustro son dos años y medio, no veinticinco. ¡Hace falta ser gilipollas para meter la pata así y en Cultura, nada menos! Por cierto, tanta murga con el lenguaje inclusivo y cuando tiene la ocasión de usar “poetisa“, va y se le pasa.
Pilar Alegría “produció” un error
Y seguimos con la ministra Pilar Alegría -“Pili Juergas“, Herrera dixit-, que parece que de gramática va justita. Hablando de manifestaciones, suelta un “se producieron” que chirría en los oídos de cualquiera que haya pasado por la ESO. Pero no contenta con eso, decide usar “soez” como si fuera un sustantivo. “Insultos y soeces”, dice la ministra. ¿No es para echarse a temblar?
Aquí no estamos hablando de simples lapsus o errores sin importancia. No, señores. Estamos hablando de la competencia y el conocimiento de quienes nos gobiernan. Si el encargado de la Cultura no sabe contar y la responsable de la Educación tropieza con la lengua, ¿qué esperanzas nos quedan?
Lo mínimo, y cuando digo mínimo es porque realmente no quiero ser demasiado exigente, es que un ministro de Cultura sepa lo que es un lustro y una ministra de Educación sepa distinguir entre un adjetivo y un sustantivo. Pero parece que en los tiempos que corren, eso es pedir demasiado. ¡Qué nivel, Maribel!
¿Y qué nos dice esto de nuestro gobierno? Si los que están al frente de pilares tan fundamentales como la educación y la cultura tienen estos deslices, ¿qué podemos esperar del resto? Da miedo pensar en las segundas filas del Ejecutivo si estos son los titulares.
En resumen, nuestros ministros se han lucido, pero por las razones equivocadas. Han dejado claro que lo suyo no es precisamente el conocimiento ni el buen manejo del lenguaje. Y uno no puede más que preguntarse, con cierto sarcasmo, ¿cómo será el resto del curso escolar con estos profes? Esperemos que al menos nos proporcionen unas cuantas risas, porque de cultura y educación, parece que vamos servidos.
Todo esto me ha hecho recordar aquel impagable pasaje de Les Luthiers en su “Suite de los noticieros cinematográficos“:
El presidente de la hermana república de Feudalia, mariscal Manuel Anzábal, toma el juramento de práctica a nuevos ministros, en una ceremonia que se lleva a cabo en el circo estatal capitalino.
Juran los nuevos ministros:
– De salud pública, general Roberto Freggioni
– De agricultura, contralmirante Esteban Rómulo Capdeville
– De vías navegables, brigadier Jorge McLennon
– Y de educación y cultura, cabo 1º Anastasio López
Pero claro, ellos eran cómicos y con gracia.
Pues si con estos bueyes tenemos que arar…