Durante la tarde del lunes 27 de noviembre, los cielos de la provincia de Alicante se llenaron de un paisaje inusual, como si alguien hubiera dibujado garabatos en el lienzo celeste. Este fenómeno desconcertante fue observado por residentes de varios municipios en la Vega Baja, donde una tormenta poco común se manifestó, no con relámpagos, sino con una sorprendente exhibición de estelas.

Estelas en el cielo
Extrañas estelas en el cielo de Alicante

Las imágenes de este momento fueron capturadas y compartidas por la comunidad digital de @MeteOrihuela en Twitter, una cuenta que se especializa en informar sobre el clima y eventos atmosféricos en la región. Además de mostrar las imágenes, esta cuenta proporcionó una explicación para el fenómeno, que resultó ser similar a un episodio que ocurrió una semana antes en toda la provincia de Alicante: prácticas militares.

Los aviones Eurofighter Typhoon FG4.4 llevaron a cabo estas prácticas en la zona, pero a diferencia de la semana anterior, no generaron ningún tipo de alarma. En esa ocasión, los cazas habían superado la barrera del sonido en varias ocasiones, causando estruendos que sacudieron puertas y ventanas de las viviendas y causaron preocupación en la población. Sin embargo, en esta ocasión, los aviones solo dejaron tras de sí misteriosas estelas blancas en el cielo.

Aunque no había razón para la alarma, estas impresionantes estelas no pasaron desapercibidas y se convirtieron en tema de discusión para los entusiastas de las teorías de conspiración. Un usuario de Twitter, @Susagrom, incluso se dirigió a la Agencia Estatal de Meteorología en busca de respuestas, preguntando sobre el propósito de estos aviones y lo que parecían estar arrojando al cielo. En sus palabras: “¿Podrían decirnos amablemente qué están haciendo esos aviones? ¡Estamos hartos de ver cómo fumigan los cielos día tras día!”

La respuesta que recibió esta interesada fue inesperada y contundente: “Hola, Susana, lamentamos decepcionarte, pero es agua.”

Este episodio de estelas en el cielo de Alicante, que a simple vista parecían garabatos celestiales, resultó ser el resultado de prácticas militares y no una conspiración secreta. La explicación simple y directa reveló que, en este caso, no había nada más que agua en juego.